Mayo de 1933, por Teógenes Díaz y Ricardo Rubio Desde los años Treinta, muchos alpinistas castellanos, concentrados en la escuela alpinística castellana por autonomasia, El Galayar, deambulaban ávidos por sus barranqueras buscando con la mirada los posibles itinerarios de ascenso a muchos de sus picachos, algunos vírgenes entonces, como el ca...