Sebas, traficante de poca monta y urbanita recalcitrante, despierta en pleno Bosque sin recordar lo que le llevó hasta allí. Intenta escapar desesperadamente del laberinto de árboles, pero no le queda más remedio que luchar por sobrevivir en un medio hostil para él. En completa soledad, descubre una nueva forma de vida en las antípodas de la anterior, que le lleva a replantearse todo lo vivido.
Más alto, más rápido y más ligero. Esas son las máximas del nuevo alpinismo y de la nueva manera de ascender paredes y montañas. Steve House es uno de los más importantes alpinistas del momento no sólo por los logros que ha conseguido sino, sobre todo, por su manera de entender y practicar este deporte.
¿Quién es consciente cuando duerme de que está soñando? ¿Y cuándo escalas? Cada paso que superas, ¿lo haces bajo un estado de plena consciencia? ¿Cuántas veces necesitamos equivocarnos para aprender? La metodología ensayo-error puede ser muy fructífera pero, sin embargo, en este deporte la práctica a veces no nos brinda la posibilidad de equivocarnos dos veces.
La correcta aplicación de pautas de prevención y seguridad en montaña, que se aprenden con una buena formación, son suficientes para evitar la mayoría de las situaciones no deseadas, pero hay varios factores que nos obligan a estar siempre preparados para un posible accidente o incidente, y nos recuerdan que debemos asumir que la seguridad total en la montaña –y en la vida– es imposible.
El plegado y transporte de cuerdas en el mundo del alpinismo y la escalada tiene más relevancia de la que creemos. Plegar correctamente y saber escoger el método en función de la actividad y las necesidades de una situación concreta puede ser la diferencia entre una aproximación cómoda o una tortura, entre bajar con seguridad o sufrir un accidente…
Existe la pasión por viajar y existe la pasión por escribir. Cuando ambas coinciden es inevitable llevar un diario en la mochila. Cuando recuerdos demasiado preciosos se acumulan es inevitable plantearse escribir un libro de viajes.
¿Cómo despertar en los niños el amor a la naturaleza o cómo animarles a compartir y entender nuestra pasión por la montaña y la escalada? Nada mejor y más fácil que contarles una historia con colores, dibujos y aventuras.
Nos esforzamos por conocer el medio que nos rodea, por mejorar en nuestras habilidades y destrezas, en formarnos en técnicas de autosocorro, primeros auxilios y mejorar en las comunicaciones para conseguir ayuda exterior. Todos estos conocimientos son necesarios e imprescindibles para un buen montañero, pero no son suficientes para una práctica segura.
¿Qué implica ser uno de los mejores escaladores de grandes montañas? Implica contar con una generosa financiación, viajar por algunos de los países más peligrosos del mundo, soportar frías noches de vivac, sufrir dolor en los pulmones y tener la mente nublada cuando menos falta hace. Significa aprender las duras lecciones que enseñan las montañas.
«Cuando por un sitio no se puede pasar, hay que pasar. Se trata precisamente de eso». En esa frase de Albert Mummery, casi a modo de proverbio, se cifra el impulso inevitable que empuja a los seres humanos a adentrarse en las montañas.