Todavía hoy no es posible hablar de exotismo sin citar este ensayo ya clásico de Victor Segalen. Percibir la diversidad, huyendo de las impresiones banales que origina el viaje, fue la motivación para proyectar esta obra, en la que Segalen trató de elaborar las claves de un manifiesto para relacionarnos con el mundo. “He nacido para vagabundear, ver y sentir todo lo que hay que ver y sentir en el mundo”.
Cuando se aviva el brillo de la mirada es que hemos pronunciado la palabra aventura y con ella nos llega la posibilidad de cambio y novedad. Otras veces la aventura asoma sin permiso y nos desafía movilizando la capacidad heroica que hay en nosotros.
Hay muchos países en el mundo, pero para algunos, Islandia es otro mundo, y su historia, en las últimas décadas, trepidante y ejemplar. John Carlin, sin disimular su pasión de converso, nos cuenta que a pesar de haber visitado medio centenar de países en viaje de trabajo, el que de verdad le hace brillar los ojos de envidia es Islandia.
¿Qué es el paisaje? ¿Qué llega a ser paisaje? ¿De dónde procede nuestro gusto por representarlo, fotografiarlo, pintarlo? El Paisaje habitado es la respuesta que ha encontrado aquel que, sumergiéndose en los paisajes, recorriéndolos y no tanto contemplándolos, quiso habitarlos.
'Días de ocio en la Patagonia' narra la estancia feliz de este exquisito autor en tierras patagónicas. En 1871 Hudson se adentra en la provincia de Río Negro donde permanece varios meses. Su viaje se convierte en una excusa para reflexionar sobre la experiencia de la contemplación como vía para explorar las regiones sensibles del alma.