Por Eduardo Martínez de Pisón
«Los lugares permanecen. Ahí siguen en sus sitios y en sus mapas. La Pedriza en La Pedriza, el Everest en el Everest. Pero sus paisajes mudan en el tiempo, cambian sus figuras, sus condiciones y sus circunstancias. Canto Cochino no es igual ahora que cuando lo vi por primera vez en 1958. El campo base del Everest por el Tíbet no es lo mismo en este momento que cuando pasé allí unos meses en 1986.