Los árboles figuran entre los compañeros más constantes y más variados de la humanidad. Desde el baniano sagrado de la India hasta el fragante cedro del Líbano, nos ofrecen refugio e inspiración (por no mencionar las materias primas para la fabricación de todo tipo de artículos, desde aspirinas hasta seda, lanzaderas espaciales o líneas telefónicas).
La historia de las civilizaciones parece mostrar que los seres humanos tenemos una clara preferencia por el calor y rehuimos el frío: el calor se asocia con la vida, mientras que el frío parece unido a la muerte; la primavera es la época del florecimiento; el verano, de la maduración; y el otoño, el melancólico presagio de los arduos meses en que todo muere o aguarda dormido una nueva primavera.
«Moriré en la montaña», decía Wanda Rutkiewicz. Y mantuvo su palabra. El 12 de mayo de 1992 moría en el Kangchenjunga, en el Himalaya. Tenía que ser su noveno ochomil. Nadie presenció su muerte, nadie oyó sus últimas palabras, nadie encontró su cuerpo. Su desaparición, como tantos otros sucesos de su vida, a día de hoy sigue siendo un misterio.
Madrid es una de las pocas capitales de Europa que tiene la fortuna de convivir con un bosque anciano como el tiempo, un encinar de 15.300 hectáreas donde todavía prospera una de las poblaciones más densas y estables de águila imperial ibérica del mundo.
Una obra de culto que habla de la pasión por las cumbres y la solidaridad en la montaña. Uno de los libros de montaña más vendidos en todo el mundo y el título que lanzó a su autor a la fama literaria.
«Los lugares permanecen. Ahí siguen en sus sitios y en sus mapas. La Pedriza en La Pedriza, el Everest en el Everest. Pero sus paisajes mudan en el tiempo, cambian sus figuras, sus condiciones y sus circunstancias. Canto Cochino no es igual ahora que cuando lo vi por primera vez en 1958. El campo base del Everest por el Tíbet no es lo mismo en este momento que cuando pasé allí unos meses en 1986.
La historia del himalayismo se ha construido gracias a la figura de Elizabeth Hawley, una mujer adelantada a su tiempo que, a pesar de que nunca escaló una montaña ni pisó jamás el campo base del Everest, llegó a ser la cronista más importante y la más influyente autoridad en torno al montañismo en el Himalaya de Nepal, ganándose el respeto de personajes tan legendarios como Edmund Hillary, Reinhold Messner, Chris Bonington...
Como nos dice Antonio Muñoz Molina en estas páginas, mucho antes de que irrumpiera la actual pasión por las cosas del campo Joaquín Araújo estaba ahí. Estaba desde hace cinco décadas, antes que nadie, antes de que lo rural hubiera conquistado el corazón de las causas no tan perdidas. Cincuenta años, toda una vida, predicando la mala nueva, pues de persistir nuestro empeño en perturbar el equilibrio medioambiental no habrá vida vivible.
Coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento del explorador Humboldt, que se celebran este mes de septiembre, Ediciones Doce Calles presenta el libro Arte y ciencia en la pintura de paisaje. Alexander von Humboldt, resultado de la investigación de Elisa Garrido, con el que se abre la cuarta edición del ciclo El jardín escrito, organizado por la biblioteca del Real Jardín Botánico.
En 1914, el aventurero inglés Frank Wild, junto al célebre explorador polar Ernest Shackleton y otros 26 hombres, zarparon hacia el viaje definitivo: atravesar la Antártida. Pero su barco, el Endurance, quedó atrapado en la banquisa antes de que hubieran alcanzado el punto del que iba a partir la expedición. Derivaron hacia el norte durante nueve meses hasta que su casco no pudo soportar la presión del hielo.
En su anterior libro, David George Haskell narraba lo que vio, oyó y sintió tras pasarse un año entero sentándose cada día en la misma piedra del mismo bosque. Inesperadamente, ese trabajo le hizo ganar fama mundial y los premios más prestigiosos, además de miles de lectores en todos los idiomas.
Entre 1928 y 1933, Nan Shepherd escribió tres novelas magníficas, sus primeras tres novelas, que la hicieron famosa. Muy famosa. Entonces tenía apenas treinta años, pero la acogida de aquellos libros terminaría por llevar su efigie al billete de cinco libras del Royal Bank of Scotland.
La muerte de uno de los más aclamados exploradores del siglo XX provoca que su nieto, el alpinista estadounidense Henry Robert Stefansson, se encuentre inesperadamente bajo la mirada de los medios de comunicación. Esto, unido a una serie de eventos encadenados por el destino, llevará a Henry a intentar pisar la cumbre del Everest el 25 de diciembre.
No había elección: «La muerte o la costa oeste de Groenlandia». El sentido común no entraba en los planes de Nansen para atravesar la isla ártica.
Considerado un texto clave en la historia del alpinismo, el ascenso a esta montaña de la Provenza francesa por parte del poeta Petrarca, en compañía de su hermano Gherardo, constituye un episodio nada frecuente en la época.
Jerzy Kukuczka, el gran escalador polaco conocido familiarmente como Jurek, fue un hombre con apetito voraz de las altas montañas: escaló todos los catorce ochomiles en ocho años, completando su proyecto tan solo unos meses después de que lo consiguiera, como primero, Reinhold Messner.
España es El país de los pájaros que duermen en el aire, el lugar con mayor biodiversidad de Europa.